Todo se transforma - Jorge Drexler



Tu beso se hizo calor, luego el calor, movimiento,
luego gota de sudor que se hizo vapor, luego viento
que en un rincón de La Rioja movió el aspa de un molino
mientras se pisaba el vino que bebió tu boca roja.
Tu boca roja en la mía, la copa que gira en mi mano,
y mientras el vino caía
supe que, de algún lejano rincón de otra galaxia,
el amor que me darías, transformado, volvería un día a darte las gracias.

Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da,
nada es más simple, no hay otra norma: nada se pierde, todo se transforma.

El vino que pagué yo, con aquel euro italiano
que había estado en un vagón antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino, y antes de Torino, en Prato,
donde hicieron mi zapato sobre el que caería el vino.
Zapato que en unas horas buscaré bajo tu cama con las luces de la aurora,
junto a tus sandalias planas que compraste aquella vez en Salvador de Bahía,
donde a otro diste el amor que hoy yo te devolvería.

Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da,
nada es más simple, no hay otra norma: nada se pierde, todo se transforma.



Comentarios

Tambien te puede interesar

Te quiero - Jaime Sabines

La Ruta de los Moais en Santiago de Chile

Dos poemas de En sus Zapatos (2005)

La Tregua de Mario Benedetti (extracto)

Encontrando estrellas: Orion y sus vecinos Aldebaran y Sirio

Aves rapaces

Una Mirada al Parque Isidora Cousiño

Encontrando estrellas: Cruz del sur y Alfa Centauri

Los 7 principios del Bushido: el camino del Samurai

Qué gana un viejo con hacer gimnasia - Nicanor Parra