Nueve Sentidos

En aquel tiempo yo tenía veinte años y estaba loco. Había perdido un país pero había ganado un sueño. Y si tenía ese sueño lo demás no importaba. Ni trabajar ni rezar ni estudiar en la madrugada junto a los perros románticos. Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu. Una habitación de madera, en penumbras, en uno de los pulmones del trópico. Y a veces me volvía dentro de mí y visitaba el sueño: estatua eternizada en pensamientos líquidos, un gusano blanco retorciéndose en el amor. Un amor desbocado. Un sueño dentro de otro sueño. Y la pesadilla me decía: crecerás. Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto y olvidarás. Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen. Estoy aquí, dije, con los perros románticos y aquí me voy a quedar. Uno de mis escritores siempre leído es Roberto Bolaño Ávalos, nacido en Santiago de Chile en abril de 1953 y  fallecido en Barcelona en Julio de 2003 por una insuficiencia hepática. Considerado el mejor novelista latinoamericano desde l

  El siguiente es un fragmento del libro "El arrepentimiento del Arcángel" de las Crónicas de la tierra indómita. El Maldito. Estoy maldito. Muchos pueden pensar que lo mío es exageración. Que soy un malagradecido. Que otros darían lo que fuera por tenerlo… incluso algunos dan su alma. Pero es que ellos no han vivido lo que yo, no han visto ni sentido lo que yo. Ellos no han perdido todo lo que yo he perdido. No saben nada. He vivido durante dos milenios… y no puedo morir. No. No soy vampiro, ni hombre lobo, ni elfo, ni nada que conozcas o que creas conocer. Simplemente soy inmortal. Uno desea lo que no puede tener… y yo he deseado la muerte durante los últimos siglos. Lo he intentado todo, pero mi maldición no solo es grande, sino además muy cruel. Cruel, porque no soy inmortal del todo… hay una manera de que yo muera…  es decir, que muera para siempre, y yo la sé. Pero no me puedo suicidar… no puedo contarle a nadie… no puedo escribirlo ni decirlo en vo

Recorriendo un poco más por la ciudad que me vio nacer y crecer, pienso en la belleza que tiene el campus de la Universidad de Concepción, principalmente con el arco de medicina, el foro donde se realizan actos artísticos y políticos y el campanil que es el símbolo de la Universidad y de la ciudad. Fue construido en 1943 por iniciativa de Enrique Molina Garmendia (fundador de este centro de estudios en 1919), inspirado en la Torre Sather de la Universidad de California en Berkeley. Luego, caminando por la Diagonal se encuentra el sector de Tribunales de Justicia, donde la arquitectura se mezcla en las distintas décadas desde el 1900 hasta el 2010, existiendo fachadas europeas y otras norteamericanas, existiendo incluso un edificio que al parecer pretende aludir a un mini Empire States de vidrios, pero donde la máxima expresión de la cultura estadounidense se aprecia en los grandes centros comerciales, incluyendo el Mall del Centro. Arco Medicina, entrada a la Universidad de Con

La capital de la Región del Biobío es rica en paisajes y entornos naturales, no así en arquitectura e identidad urbana. Una de las zonas de mayor representación es su Centro Histórico, el cual gira en torno a su Plaza de la Independencia o Plaza de Armas en el corazón de la ciudad. Catedral de Concepción   Catedral de Concepción. La Catedral es de estilo neo-románico, y se configura en forma de cruz latina, tiene resabios estilísticos románicos, en una combinación de arte Bizantino y Moderno. La virgen en la cima es de la Inmaculada Concepción, protectora de la ciudad. Monumento al Toqui Lautaro en Plaza de Armas de Concepción La Plaza de la Independencia, es donde Bernardo O’Higgins, el 1 de enero de 1818, proclamó la independencia de Chile. Antes tenía un bosque de árboles añosos que cayeron con temporales y terremotos de la década del 2000. Uno de sus mayores atractivos es que está rodeado de Tilos y posee además una enorme y añosa Araucaria (árbol nativo del sur de

Noah Baumbach es un director de cine y guionista estadounidense. Para lo que gustan del cine, podemos situarlo en un estilo de filmación cercano a Wes Anderson, con matices de filmografía francesa y que gusta de entrar en la psique de la clase social neoyorquina, lo que lo acerca a Woody Allen. Pero su estilo es más personalista, donde las películas de Baumbach se centran no en los conflictos que surgen desde dentro del individuo y que poseen cierto cariz atemporal y perpetuo, sino en los que son generados circunstancialmente, es decir, a partir del efecto que el contexto tiene en la persona. Lo suyo es retratar la manera en la que la edad, el hipsterismo, la soledad, la hipercomunicación o el uso de las redes sociales influyen en la conducta del hombre actual. Su cine es un poco pretencioso e intelectualoide, destacando no solo en la calidad de la imagen, sino también en el dinamismo del guión y el rescate de grandes temas musicales antiguos (o vintage para el que le gusta más). Aquí