La belleza de la Imperfección

Wabi-Sabi es un término japonés que describe un tipo de visión estética basada en “la belleza de la imperfección”. La sociedad japonesa tradicional tiene muy en cuenta este concepto, en forma de elementos de aspecto natural o rústico que aparecen en los objetos cotidianos y en algunos elementos arquitectónicos. Nada dura, nada está completo, nada es perfecto. 

Entonces pienso en este término que aún antes de conocerlo ya lo tenía incorporado en mi manera de ver el mundo. De alguna manera, así como la perfección otorga belleza, la imperfección entrega belleza y diversidad a la vez, y en lo que respecta a nosotros como personas, es lo que nos hace únicos, con nuestras fracturas emocionales, nuestras experiencias de desengaño, de frustraciones, de una vida imperfecta que lentamente vamos aprendiendo y corrigiendo en el camino para lograr ser quienes somos, amantes del jazz o del pop (o ambos), de leer, de dormir, de hacer deporte o de no hacerlo. Y las ciudades también adquieren esa belleza estética y su diversidad que la enriquece. Pero hay cierto nivel de imperfección que otorga esa belleza, porque luego de pasar un determinado "umbral", se comienza a coincidir en que se ha perdido (o simplemente nunca hubo ni habrá) belleza asociada. Así ocurre con las personas, con las cosas, con la arquitectura, con la misma naturaleza. 

En estos días de permanecer en casa cada uno de nosotros podemos observar desde nuestras ventanas un paisaje que está compuesto por las calles, casas, farolas, postes de luz, cables, y tantos otros elementos que son típicas de la ciudad. Y en esta visión desde mi ventana, son los cables de luz los que solo contienen caos, desorden, enredo, y no hay wabi-sabi en su imperfección. 

Pensar en una filosofía de vida más Wabi-Sabi nos podría ayudar a llevar una vida más plena, con menos presiones exitistas de ser perfectos y siempre ganadores, siempre jóvenes, siempre en la cima del éxito, y nos ayudaría a disfrutar más la vida con sus matices y sin sabores.