Niños sentipensantes

Quizá una de las cosas que más me llama la atención de estas nuevas generaciones de niños es que parecen crecer como una especie de autómatas tecnológicos con gran capacidad de llegar a convertirse en "influencers" sobre su propia generación. Pero lo que buscan y lo que comparten poco tiene que ver con el desarrollo del pensamiento crítico y con una visión y opinión personal sobre temas relevantes para el individuo y la sociedad. En cambio, estas energías parecen enfocarse en incrementar el número de seguidores de pensamiento fácil, liviano, sin sentido autocrítico de temas que nos pueda importar con cierta profundidad analítica. No es que todo tenga que ser profundidad y analítica ambiental, política, social y filosófica, porque la superficialidad, el humor y otras formas "livianas" de pensamientos son necesarios y bien recibidos, pero la preocupación es precisamente que todo parece ir hacia esto último y poco hacia lo primero.

Los niños no deben ser influencers ni presionados para llegar a ser las grandes mentes o profesionales del futuro, sino más bien, deben ser estimulados en las bases integrales de la familia y la sociedad basados en la felicidad, el afecto, el sentir, el pensar, el cuestionarse algunos temas relevantes, el juego, el compartir, el cuidar y sobre todo el sentido de la responsabilidad y la simpleza del goce que produce el ocio también. Esto los llevará a ser libres y a desarrollar sus propias alas para guiar y ser parte de la generación que este país y planeta necesita para los desafíos que enfrentamos y que se irán agudizando con el paso de los años.

Necesitamos más niños sentipensantes (sientan lo que piensan y piensen lo que sientan), autocríticos y felices, sanos física, emocional e intelectualmente y menos niños autómatas de la tecnología o de la educación tradicional primaria y secundaria que hemos instaurado como un dios en esta sociedad moderna. Es necesario que ellos utilicen todo el conocimiento adquirido y de fácil acceso en estos tiempos para que tomen decisiones críticas conscientes para el beneficio de la humanidad, el ecosistema, y que pueda resultar en una armonía entre economía y ecología, o en palabras simples, el ambiente y la sociedad.