Esa búsqueda de la verdad
Por alguna razón existe un porcentaje importante de personas que nunca se han interesado en la búsqueda de la verdad, sino más bien, viven sus vidas aceptando como verdad lo que otros les han dicho que es así, incorporando ese "concepto o idea" a su vida como un gran acto de fe, sin cuestionamientos ni procesos mentales de razonamiento alguno. Esto se debe a que por una parte, existe un sector de la sociedad que promueve la coacción del pensamiento y de la libertad de razonar, y por otra parte, los procesos de razonamiento lógicos demandan una dificultad que muchos prefieren evitarla, ahorrándose procesos mentales que tal vez no lleven a ningún lado finalmente.
Históricamente no se ha podido demostrar una verdad absoluta en casi ningún campo de las artes y las ciencias, existiendo la verdad individual (lo que cada persona cree), la verdad social (lo aceptado por una gran mayoría de la sociedad) y la verdad teórica u objetiva (la verdad en si misma, esa que es independiente del sujeto y de la sociedad), siendo esta última la que se busca y se vuelve inalcanzable. Interesante resulta el hecho innegable que en muchas ocasiones pareciera que no existe una verdad única, debiendo buscarse una nueva verdad al avanzar en el conocimiento. Así por ejemplo el agua en un comienzo se creía solamente líquida, descubriéndose que posee tres estados: líquido, gaseoso y sólido. Otro ejemplo es la luz, que se creía era una onda, y resulta ser una dualidad onda-partícula. Existen además numerosos otros ejemplos.
Las propuestas de búsqueda de la verdad ha sido abordada por tres grandes ámbitos muy distintos entre sí, aunque con un origen más o menos común: La Filosofía, Las Ciencias y La Religión. Sin embargo estos tres ámbitos del saber y/o creer, parecieran olvidar lo anteriormente expuesto, es decir, que las verdades muchas veces son duales o múltiples a la vez, y que son contexto dependientes a la cultura, a la época de la historia, y a otros factores. Esa verdad pura y objetiva, totalmente independiente del observador pareciera ser algo más bien teórico e inalcanzable en la práctica. Aún así la búsqueda de la misma, y los procesos para acercarse lo más posible a ella es un ejercicio tan interesante como fundamental en nuestras vidas, y es algo que hacemos en el día a día muchas veces sin darnos cuenta.
Un ejemplo cotidiano es una clásica pregunta: ¿esa película/serie es buena o es mala?. La respuesta es una búsqueda de las verdades individuales, sociales y teóricas existentes, y se va encontrando en la medida que se establece el diálogo entre dos o más personas que comentan y llegan a alguna conclusión, en el razonar de diferentes aspectos de la trama, su fotografía, la música, la duración, el vestuario, la actuación, etc. Quizá la película/serie sea buena o mala de manera objetiva e independiente de la apreciación de los sujetos observadores, pero será finalmente el consenso y la opinión personal y social la que la calificará y emitirá esa verdad que se acerca (o no) a la verdad pura e independiente del observador y del calificador. Y así sucederá con Dios, con la Política y con todos los temas existentes, no siendo por eso menos importante e interesante el ejercicio de participar y de intentar realizar la búsqueda de la verdad. Después de todo existe una conocida frase que no se debe dejar de lado: "la verdad os hará libres".
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