Series versus Libros: cambios en hábitos y en historias?

"Parece ser que está todo escrito desde los griegos, Shakespeare, Molière, Dickens. Ser original ahora es casi imposible, lo importante es quitarse de encima la obsesión de querer ser el primero en hacer algo. A la vez, las plataformas buscan clientes, y por tanto repiten fórmulas de éxito sin arriesgar demasiado" definen varios escritores de libros y guiones.

No me parece que exista un cambio de hábito desde leer a ver series, sino más bien una reafirmación de las distintas formas de consumo de entretención por parte de la gente: aquellos son más visuales antes ocupaban su tiempo de ocio entre el televisor, video juegos y juegos del celular, mientras que ahora tienen la posibilidad de consumir series "on demand" en sus celulares y televisores, cambiando una forma de consumo audiovisual por otra. Sin embargo los lectores mantienen su manera de consumir entretención imaginativa: la lectura, si bien existe un incremento de la lectura en aparatos electrónicos, el libro se mantiene como una opción romántica y de preferencia al amante de los libros, que incluso siente esa alegría de visitar una biblioteca o tener una en casa porque siente que está entre amigos.

Además, cada vez es mayor la cantidad de novelas que son adaptadas a la ficción y vice versa, lo que  le da al libro y a la serie una visibilidad que puede convertirse en una oportunidad. Durante la última Feria del Libro de Bogotá, Mario Vargas Llosa manifestó su esperanza en que los libros sobrevivan a las nuevas plataformas digitales. "¿Queremos una sociedad donde las pantallas hayan derrotado al libro? Yo no la quiero", sentenció el Nobel.


También existen culpables a la hora de obtener y preferir consumir un producto u otro: De un universo de entrevistados, una porción menor culparon a los altos precios o la falta de tiempo para leer libros, y la mitad adujeron falta de interés. Pero esto no es nuevo: desde siempre ha sido una población minoritaria la amante de las lecturas impresas, porque requiere mayor tiempo, concentración, comprensión del lenguaje y de lectura respecto a la gran mayoría de la oferta audiovisual. El costo de lectura también es un factor importante: comprar un libro resulta a un precio más elevado que pagar un mes de suscripción a una plataforma on-demand donde tienes cientos de series para ver por el mismo precio. Súmele que la paciencia para leer un libro le tomará en promedio dedicar 40 horas para acabarlo, mientras la serie y/o película promedio dura 2 horas y una temporada completa 10 horas. Es decir, para una sociedad consumista y de consumo rápido, las series están mejor adecuadas que un libro.

En realidad se puede discutir también si el cine desplaza al teatro, y otras formas similares de artes (Spotify al disco por ejemplo), pero la verdad es que siempre habrá un público que será parte de el comprador/consumidor ocasional, no el que habitualmente compra/lee libros o asiste al teatro o a otras formas de arte. Todo forma parte de una movida cultural, intelectual y creativa que evidentemente posee diferencias en su "filosofía de consumo y de entretener", privilegiando lo analógico a lo digital o viceversa, lo cual no se ha detenido antes y no se va detener en los próximos años.







 

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