Invierno en Lonquimay

Adentrarse en la cordillera de los Andes es una de esas experiencias que te llenan el alma de paisajes y belleza que se te impregna hasta lo más profundo, y te deja con ganas de volver una y otra vez. Me siento afortunado porque entre el año pasado y este año he podido ir cuatro veces, una vez cada estación del año (Este viaje fue en julio de 2017), y creo que el invierno se volvió mi paisaje favorito en esta zona...


Volcan Lonquimay
 
Araucarias y Robles magnifican el paisaje

Cielo, arboles, río Biobio y cordillera

Amar la paz de las montañas y del agua en el rio, en la nieve y en las nubes.
Amar el color intenso del azul, la suavidad del sepia en los arboles y en las piedras.
Amar la vida en cada respiro, en cada simple y perfecto instante de sentirse parte de todo.



Para llegar son un poco más de tres horas en automovil desde Victoria por un camino hermoso lleno de curvas, árboles, poblados, pendientes, montañas y finalmente hay que cruzar el tunel "las Raices", un tunel de 3.5 km de largo, de una sola via por lo que hay que esperar turno para pasar. La ciudad de Lonquimay es pequeña, cuenta con todos los servicios de restaurantes, hostales, hospital, internet, etc. Es parte de un camino internacional que llega hasta Argentina. Por las noches y madrugadas la niebla cubre los caminos por lo que hay que tener máxima precaución a esas horas. Otros lugares que quedan de camino y que visitamos son Curacautin y Malalcahuello, ambos totalmente recomendables de visitar.



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