Eclipse de sol y eclipse de ideas
El hemisferio norte está conmocionado con el eclipse de sol que hoy se deja ver en algunos sectores de Estados Unidos, un fenómeno que ocurre pocas veces y muchos no desearon perderse.
En el hemisferio sur, yo estoy conmocionado por un eclipse de ideas mientras estoy tirado en el suelo. Siento el peso de mis músculos y mis huesos atraídos por la fuerza de la gravedad, como si se me quisieran salir de la piel mientras mi mirada está fija en el cielo raso pintado de blanco. Blanco como mis ideas, como mi mente. Y pienso que es bueno dejar la mente en blanco un momento, descansar, fluir, simplemente dejarse ser. Pero soy inquieto, y mientras respiro mis ojos divagan por la habitación: allí está mi guitarra, tan estilizada sobre su atril y sus cuerdas me llaman para que la toque y cantemos algo... un poco más a la izquierda y sobre la mesa de luz se encuentra el libro que estoy leyendo y que aún no termino. Sus hojas amarillas quieren que lo ojee, que comparta unos momentos con el y nos adentremos en sus palabras y aventuras... justo al lado mi cama pareciera preguntarme qué hago en el suelo y por qué siempre me gusta estar más allá que acostado cómodamente sobre ella. Respiro, todo parece invitarme a que haga algo, pero con tanto por hacer, qué es lo que finalmente haré es un misterio. Entonces veo el reflejo en ese espejo negro que quiere encender sus luces. El control remoto esta cercano, solo debo estirarme y lo puedo alcanzar para poner alguna película de esas que me transportan y puedo quedarme mirándola en esa misma posición. Estiro la mano y mis ojos enfocan un cuaderno donde suelo escribir y dibujar... y miro los cuadros que están en las paredes, algunos de los cuales tomaron hermosas horas para ser pintados. Respiro, me dan ganas de tomar el pincel y pintar una montaña con el fondo azul de un cielo veraniego... y lo voy a hacer, pero no ahora, porque el peso de mi cuerpo me tiene como aturdido, como si el famoso eclipse de sol moviera algunos hilos cósmicos que me invitaran a eclipsarme a mi mismo. Entonces lo veo, en el rincón de siempre, enrollado, paciente, amigable.... mi mat de yoga. "pero ya hicimos yoga en la mañana de madrugada" pienso y le sonrío, porque sé que lo que necesito en este momento es un poco de meditación en movimiento, un poco de la sabiduría oriental y de la India, una mezcla de Tai-Chi y Yoga para deseclipsarme y volver a mi centro. Mi teléfono vibra, debe ser alguna red social que me llama también. Pero mi mente está en otra parte, y mi cuerpo se ha acercado a mi mat que sereno me espera para despertar mi conciencia. Y mientras, sonrío, porque una vez que termine voy a tomar mi portátil y sentir el ritmo del teclado un momento y escribir una entrada en este blog porque ahora me han dado ganas de deseclipsarme por completo. Y aquí me encuentro, media hora después tecleando a buen ritmo. Y cuando termine estas líneas, acompañaré mi soledad con un poco de mi guitarra, y prepararé unos mates para cuando llegue la complice de mis sonrisas para compartir lo que quede de este día...
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