Conversaciones de Fe

Corría el año de 1996 cuando tuvimos una interesante conversación sobre las creencias, la Fe y el saber o conocer. Habiendo nacido en una cultura cristiana, la navidad es simbolo del nacimiento de Jesucristo, por lo que recordé aquella conversación. La Fe en Jesucristo significa aceptar que El nació para lograr que todo hombre resucite y si se sigue su camino, alcance la vida eterna. En otras palabras Jesucristo es el salvador y redentor del mundo en la fe cristiana.

Representación de Jesucristo mirando a Jerusalén - Cuadro de Greg K. Olsen

En otras culturas se puede tener fe en Alá, en Krishna, en Buda, o alguna otra deidad o manifestación divina que básicamente anuncia algo similar: quien tiene fe alcanzará alguna recompensa futura por esa fe. ¿Pero existe alguna diferencia entre creer, tener fe y saber? y si es así ¿cuál es?.

Representación de Buda meditando
Aquella conversación nos llevó a concluir que si bien los diccionarios entregan una definición al respecto, esta es poco clara, ambigua e inclusiva en sus conceptos. Entonces una definición menos ambigua sería que la diferencia entre creer y tener fe es que la primera es una idea o pensamiento que se asume verdadero, pero que no es necesario poner en práctica. En otras palabras el creer es pasivo. La fe en cambio es activa e incluye una idea de deidad en ella: es elegir creer y hacer lo que se cree; recorrer el camino y ser consecuente con la creencia manifestada.

El saber o conocer, en cambio, es tener una certeza en base a la experiencia, por lo que es un paso más adelante que la fe: ya no se asume verdadero, se sabe que es verdad. (En este caso sería tener evidencia concreta e irrefutable, como por ejemplo conocer a Jesucristo en persona, o a Buda, o a Alá).

En el caso del cristianismo fuimos un poco más allá y nos preguntamos el por qué, suponiendo que Dios existe, simplemente no se daba a conocer y así eliminaba el asunto de la fe pasando a ser un conocimiento concreto de su existencia (algo asi como una evidencia científica). Entonces lo interesante es que al parecer la Fe (en el caso concreto del cristianismo), sería una prueba y a la vez una protección para el hombre. Una prueba, porque sin llegar a conocer algo se debe creer y seguir un camino (por ejemplo una de las tantas iglesias y sus enseñanzas) con la esperanza de que aquel camino sea correcto. Dado que como no sabemos con certeza que nuestra Fe es correcta, podriamos estar equivocados en el camino tomado y Cristo en su bondad y justicia debiera juzgarnos de acuerdo a nuestro accionar en nuestra fe determinada. Entonces tambien sería una protección para nosotros: si supieramos con certeza que, por ejemplo, Jesucristo existe, ya no sería fe y tendríamos que por obligación seguir su camino al 100% o de lo contrario seríamos condenados irremediablemente debido a que seríamos juzgados con más dureza en nuestro accionar, debido a nuestro conocimiento de su existencia. Tal vez por eso es que la fe es la piedra angular de toda religión.

El problema con la fe es que ha sido utilizada como bandera de lucha para guerras y otras barbaries que no tienen nada que ver con la idea original que plantea un acto de fe: una elección y un camino. Más bien se ha impuesto la fe por medio de las armas, las leyes o alguna otra forma de reglamentación.

Al final lo verdaderamente importante es que aquellos que manifiestan una fe determinada puedan encontrar en ella un camino hacia una vida mejor en lo personal, y que aquello sea reflejo de una sociedad mejor que nos permita desarrollar y estar en contacto con el lado espiritual de cada uno.


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