Respira

Respira.  Nada es mas valioso en la vida que respirar, pues es la diferencia entre la vida y la muerte. Pero no solo respires, sino que concentrate en eso. Inhala, expande tus pulmones. Reten unos segundos. Exhala, elimina la angustia. Inhala. Piensa en que inhalas paz. Exhala.  Deja salir los conflictos. Inhala luz . Exhala el temor. Respira. Aquieta tu mente y concéntrate en la respiración y en conectarte con tu interior. No busques la solución ni los problemas. Deja que tu espíritu se conecte con lo que te rodea y entonces encontrarás la solución sin siquiera buscarla, sin predisponer un pensamiento para ello. Déjate guiar y aquieta tu mente, tu cuerpo, tu espíritu. En otras culturas a esto se le llama meditar. Medita con la mente quieta y conectate con tu interior y con lo que te rodea. ¿Cómo podemos decir que sentimos la vida en todo su esplendor si no somos concientes de este maravilloso acto cotidiano? A medida que desarrollamos conciencia, desarrollamos una conección importante. Se expande nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro entorno. Ya nada vuelve a ser lo mismo. Aquietamos y controlamos nuestros ritmos, emociones y pasiones negativas. Sin darnos cuenta sonreimos. Entonces nos sentimos renovados, exploradores de nuevas sensaciones y descubridores de un mundo distinto. Simplemente, no te olvides de respirar.


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