Conversaciones de Ufología y Teología
Cuando observamos el universo conocido, es decir, aquella ínfima porción del universo de lo que algo sabemos nos damos cuenta que en realidad somos una excepción a la regla: aquí existe vida. Este hecho puede ser observado desde miradas tan distintas que nos puede llevar a concluir que somos simplemente producto del azar (uno entre los millones de planetas y sistemas existente evoluciona de manera de albergar la vida) o productos de uno o varios "creadores" que nos pusieron en este planeta (un Dios o varios Dioses), es decir un ser extraterrestre (o que no es de esta tierra).
Creer que somos productos del azar, bien puede llevarnos a pensar que en algún otro lugar también puede existir vida producto de ese mismo azar, dado los millones de sistemas existentes.
Creer que somos productos de un ser (o varios) superior, ya nos hace creer en alguna forma de vida extraterrestre, de esta u otras dimensiones, y que por tanto no estamos solos en el universo. Sin embargo pensar en un Dios no es lo mismo que pensar en un extraterrestre, porque de alguna manera el primero tiene poderes que no comprendemos y pertenece al campo de la fe y de la vida después de la muerte, mientras que un extraterrestre tiene tecnología que no comprendemos y pertenece al campo de la para-ciencia y en ningún caso a la idea de vida después de la muerte.
Entonces pensamientos similares (la idea de que sí exista vida extraterrestre) son abordados por filosofías y caminos diferentes. ¿Y qué ha probado la ciencia?. Que no existe vida extraterrestre, lo cual borra la existencia de Dios o de otras formas inteligentes de mayor tecnología. Y sin embargo sigue siendo un hecho que no por no haber sido encontrado, significa que no exista o no esté en algún lugar. Solo significa que aún no lo hemos encontrado de manera científica, aunque existan testimonio de miles o millones de personas que afirman que han sentido la existencia de un Dios, y miles o millones de personas que afirman haber visto alguna señal de vida extraterrestre (en general, de haber visto un OVNI). Pero, ¿cómo responderíamos (como humanos) si lograramos evidencia científica real e innegable de vida extraterrestre, ya sea divina o alienigena, o ambas?
Y entonces darle una vuelta a este tema me parece como mínimo bastante interesante, y darle una mirada a la ilustración de más arriba y comprender que este planeta es comparable a solo un grano de arena en una playa es asombroso.
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