Sincronía
"No podía ser que la Maga decidiera doblar en esa esquina de la rue de Vaugirard exactamente en el momento en que él, cinco cuadras más abajo, renunciaba a subir por la rue de Buci y se orientaba
hacia la rue Monsieur le Prince sin razón alguna, dejándose llevar hasta distinguirla de golpe, parada delante de una vidriera, absorta en la contemplación de un mono embalsamado" - Rayuela, Capítulo 6.
La vida está llena de pequeñas casualidades que a veces parecen intrascendentes. Algunas se pierden en la historia del tiempo y otras te cambian la vida. A veces me pregunto si en realidad es casualidad o es eso que llaman destino. No importa. De igual manera es algo que ha sucedido y ahora es parte de la memoria. Como si existiera una sincronia prederterminada por un escritor que va relatando los acontecimientos tal como si fueran La Maga y Horacio que quedaban de encontrarse en algun sector de la ciudad nada específico, y por alguna razón casi siempre se encontraban.
Otras veces parece que cuesta encontrar esa sincronia deseada. Parece que me falta tiempo para tocar la guitarra, para sentarme a leer un libro una tarde hasta que el sol se esconda. Y entonces comprendo que la sincronía es como las estaciones: a veces son los dias los más largos, otras veces son las noches las más largas y eso no significa que se ha perdido la sincronía, pues solo significa que en realidad lleva otro ritmo al que hay que acostumbrarse.
hacia la rue Monsieur le Prince sin razón alguna, dejándose llevar hasta distinguirla de golpe, parada delante de una vidriera, absorta en la contemplación de un mono embalsamado" - Rayuela, Capítulo 6.
La vida está llena de pequeñas casualidades que a veces parecen intrascendentes. Algunas se pierden en la historia del tiempo y otras te cambian la vida. A veces me pregunto si en realidad es casualidad o es eso que llaman destino. No importa. De igual manera es algo que ha sucedido y ahora es parte de la memoria. Como si existiera una sincronia prederterminada por un escritor que va relatando los acontecimientos tal como si fueran La Maga y Horacio que quedaban de encontrarse en algun sector de la ciudad nada específico, y por alguna razón casi siempre se encontraban.
Otras veces parece que cuesta encontrar esa sincronia deseada. Parece que me falta tiempo para tocar la guitarra, para sentarme a leer un libro una tarde hasta que el sol se esconda. Y entonces comprendo que la sincronía es como las estaciones: a veces son los dias los más largos, otras veces son las noches las más largas y eso no significa que se ha perdido la sincronía, pues solo significa que en realidad lleva otro ritmo al que hay que acostumbrarse.
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