Una invitación a la paz



Era una mañana de finales de enero y yo estaba mirando el Jardín Japonés en el Cerro San Cristóbal. El sonido del agua agitada con la noria girando, la linterna de piedra se erigía como un centinela majestuoso, las flores de loto flotaban apaciblemente bellas. Un lugar donde la armonía, la sencillez y la naturalidad se combinan para invitar a la reflexión y a la paz.

Poca cultura de reflexión y paz tenemos los occidentales que vivimos entre montañas y mar. Aquellos que entran lo hacen como turistas de paso, para obtener una fotografía y se marchan. Solo unos pocos entraban con respeto y conciencia de aquel lugar, deteniéndose un momento a contemplar, a sentir, a ser parte de ese lugar. Solo unos pocos aceptaban la invitación a ser parte de los elementos y la naturaleza.


Comentarios

Tambien te puede interesar

Te quiero - Jaime Sabines

Dos poemas de En sus Zapatos (2005)

La Tregua de Mario Benedetti (extracto)

Encontrando estrellas: Orion y sus vecinos Aldebaran y Sirio

Carreras secretas - Alejandro Dolina

La Ruta de los Moais en Santiago de Chile

Tres Canciones del Puerto de Valparaiso

Prosas apátridas de Julio Ribeyro

Poema 14 - Pablo Neruda

Encontrando estrellas: Cruz del sur y Alfa Centauri