La diferencia entre el primer y el segundo tiempo

Lo que sucedio ayer en el partido de fútbol entre Chile y Colombia es un caso de análisis que se puede abordar desde distintas perspectivas, pero lo abordaré desde la áctitud (con toques de la cultura chilensis) y de la importancia del sistema utilizado. Esto porque a veces la vida tambien tiene un primer y segundo tiempo, y es el ejemplo clásico de un partido estandar donde te preguntas ¿y donde quedaron los once que jugaron el primer tiempo? y parece ser que estás viendo dos partidos distintos. ¿Y qué sucedió ayer?. Chile jugo un primer tiempo como equipo, doblegó a Colombia y terminó en ventaja de 3x0. El segundo tiempo fue todo lo contrario y terminó 3x3. Los comentaristas dicen de todo y nada (como siempre), por lo que no dan ningún análisis que arroje luz al respecto. Yo me aventuro con tres ideas:

1) Basado en el post "una sociedad sin fracasos", puedo inferir que al equipo de Chile le vino todo el peso de su cultura del miedo al fracaso, lo que se traduce en una actitud derrotista y de miedo al no saber remontar un fracaso (o incluso un posible fracaso), resultando que ante el primer gol, el golpe psicológico y el pánico de fracasar ante tan contundente triunfo momentaneo terminara por crear el caos ya característico, lo que lleva a la roja (y esto ya es un clásico del fútbol chileno) a perder o que le empaten a último minuto.  Este miedo se vió reflejado en los dos penales infantiles causados por un defensa y el arquero, al quienes se les vió el miedo y las intenciones desde que fueron a interceptar las jugadas. Causas: perder el rumbo colectivo y el coraje para mantener el ritmo del partido, temblor de piernas, conformarse con el famoso "jugamos como nunca y perdimos como siempre".

2) Error del sistema de juego usado en el planteamiento en los cambios tácticos. Si bien no ayuda que expulsen a un defensa clave, hay que saber reorganizar el esquema para aguantar el triunfo e incluso rematar con otro gol de contragolpe. Un mismo esquema no sirve para todos los escenarios posibles. En este caso, cambiar un organizador por un corredor fue aun más fatal que la expulsión del defensa, pues se perdió la "tenencia del balón" (como dirián nuestros comentaristas). Habia que cerrar los espacios y ganar tiempo con un esquema cerrado para aguantar el impacto psicológico de la expulsión y el gol inmediato del rival, y así dar tiempo a "jugar con la desesperación del rival" (otro termino de nuestro colegio de periodistas deportivos), cosa que Colombia hizo con Chile y no al revés.

3) Teoría de conspiración para el empate (o arreglo del encuentro). Resulta bastante más que "casual" que a) el defensa clave vaya con las manos a la pelota para que lo expulsen, b) otro defensa en vez de expulsar el balón hacia un costado, intente hacerlo pasar entre las piernas del rival en el área chica, pérdiendolo y creando el gol rival, c) un tercer defensa empuje descaradamente al delantero rival en el área cuando no hay peligro real de gol, provocando un penal, d) el arquero salga a cortar una jugada y todos los que vemos el partido sepamos que va "con todo y directo al otro jugador y no a la pelota" antes de que eso suceda, provocando otro penal, y e) luego del empate a 3, el equipo rival no pase la mitad de cancha en lo que resta del partido.

En resumen, diría que los puntos 1 y 2 son correctos y hay que trabajar en ellos, y que el punto 3 amerita al menos que esos jugadores reciban algún "castigo" (quedar en la banca, no recibir el bono, etc), no por conspirar contra su selección y la alegría de todos los que hinchamos por la roja, sino por la poca profesionalidad demostrada y no aguantar la presión requerida, que es lo que se espera de una selección mundialista.



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