Días antes, días después I: El problema

Mucho se ha discutido por estos días sobre ética, moral, y si es o no es posible la venta y el uso de la píldora del día después. Igualmente hay un tema con el feminicidio (la palabra correcta al anglicismo femicidio). En ambos casos, más que preocuparnos de los días después, debieran preocuparnos los días antes. Entonces ni siquiera habrían días después para preocuparnos. Ya es hora de ocuparnos de temas de fondo y no de forma. Todo el problema se viene generando “antes”: existe una liviandad en temas de sexualidad y violencia que preocupan. Ejemplo de lo anterior son los llamados “ponceos” y otras cosas aún de mayor calibre (como aquellas captadas por algunos celulares), y el cada vez más frecuente bullying.

Si acudimos al origen, hay dos lugares donde poner la atención: el hogar y las instituciones educacionales. El hogar y la familia es el primer lugar donde los individuos adquieren conductas sociales, forman el carácter y la moral. Luego le siguen las instituciones educacionales, donde se debiera aprender una educación para contribuir a la sociedad, además de algunas normas y perspectivas de vida.

Lamentablemente existen demasiados hogares “disfuncionales”, donde más que aprender a comportarnos socialmente, se instala una suerte de individualidad cada vez más marcada con una ética y moral impuesta por programas de tv farandulientos, videojuegos, internet y la influencia de los amigos. Entonces son ellos finalmente los que están formando el carácter que debieran estar forjando los padres y familiares.
Por otro lado, las instituciones educacionales no parecen ser lo de antes: un ejemplo sencillo sería ver que hasta hace poco los universitarios constituían una elite en la sociedad donde se formaban lideres para el futuro, mientras que hoy basta darse una vuelta por el parque mas cercano un viernes por la tarde para ver la conducta actual de este selecto grupo de la sociedad. Es difícil ver altos estándares de moral y conducta hoy en día y es una actitud generalizada.

Entonces ¿dónde esta la solución?. En la educación correcta. Con un firme cimiento en el hogar, y con un buen cauce en el colegio e instituciones de educación superior. Cambiando el estilo de vida y los enfoques. Con una buena educación en la formación de valores. Con claridad en la educación sexual y social. Si tal vez se entiende mejor, lo diría de esta forma: cambiando cuadrados por círculos.

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