viendo amaneceres

Hoy el sol apareció tras la montaña a las 8.32 am. Habia una bruma leve que dejó ver unos largos brazos de luz un poco antes que la esfera amarilla comenzara a asomar tras los majestuosos Andes.
Hace frio. Los automoviles se amontonan en las calles de Ñuñoa. Desde que construyeran varios edificios en calle Macul el tráfico se ha triplicado alargando los tiempos de viaje. La gente fuma en una parada donde no se ve venir ningún colectivo cerca. Tendrán que seguir esperando otro rato sin duda.
Avanzo hacia la montaña y veo como el sol se esconde nuevamente. Un semaforo en rojo me detiene. Tenaz el sol vuelve a aparecer lento y majestuoso. Verde y avanzo viendo nuevamente al astro rey ocultarse tras la montaña que cada vez parece hacerse mas grande a medida que me acerco a ella. Entonces giro y ahora voy paralelo a la cordillera, y por tercera vez amanece este día. Otro giro y nuevamente la sombra de la montaña comienza a cubrir mi avance y parece que estoy viendo otro atardecer. Finalmente me detengo una última vez para ver el amanecer definitivo. Me gusta este juego que es común a los días en que el amanecer coincide con mi avance hacia la montaña.


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