Tardes de café
“¿Te acuerdas cuando corríamos a pata pela’ por las calles polvorientas del barrio?”. La Pregunta caía una tarde de lluvia mientras bebían un café en la diagonal que unía el centro de Concepción con la universidad. No contestó pero recordó la época como si fuera ayer. Tardes lluviosas de sopaipillas y braceros encendidos con olor a naranja quemada en el aire. Tardes secas con el viento levantando el polvo que se te metía en los ojos y te dejaban el pelo tieso. Tardes de hambre y escasez. Tardes de futbol y política. Tardes hablando del Ché y de la revolución, de igualdad, de clandestinidad. Tardes en la universidad bajo el campanil con los compañeros del MIR, en fiestas y malones donde más de alguna vez terminó con el labio roto. Tardes recostado en la arena blanca de Lota con el mar susurrando eternidad y retornos apretados en una micro multicolor. Tardes besando labios conocidos y escuchando a Los Prisioneros. Tardes corriendo por el parque Ecuador con nada más que el viento en la c