Rosario siempre estuvo cerca

Después de recorrer Entre Ríos, tomamos ruta hacia Rosario. En el camino pasamos unos humedales hermosos, llenos de aves y fauna silvestre (de eso escribiré más adelante).

Me impresionó lo grande que es Rosario, aunque por algo es la tercera ciudad más poblada de Argentina luego de Buenos Aires y Córdoba. Esta ciudad es la cuna del cantante Fito Paez, por lo que era un destino que deseaba conocer. La arquitectura tiende a ser no muy alta, con edificios de cinco pisos o menos lo que hace que la ciudad sea muy agradable y hermosa, aunque los hay enormes también. Me llamó mucho la atención la cantidad de arañas que hacen telas globosas como paracaídas y que son llevadas por el viento o que están colgando de los árboles y farolas como banderas tibetanas agitadas por el viento. Tantas habían que pronto estábamos cubiertos de estas telas blancas y de alguna que otra araña en el hombro o pelo. Sin embargo y tal vez por lo mismo, habían pocos mosquitos en comparación a Entre Ríos, donde debíamos usar repelente todo el tiempo y aún así sufrimos las picaduras. Es una ciudad hermosa, con mucha gastronomía deliciosa, bella arquitectura, un centro cívico muy activo y muchas plazas que aportan belleza y tranquilidad al entorno.

Escultura que hermosea una plaza

El imponente Río Paraná es uno de los límites de la ciudad
Es muy común ver a la gente pescando en las orillas del Paraná y/o haciendo vida sana, deporte, bicicleta, trotar, patines, en las plazas y calles cercanas a la costanera. También en algunas grandes avenidas que tienen bicisenda para ello. También es común ver la clásica vida argentina en los numerosos cafés y locales tan típicos del país (me agradan mucho los carritos que se ponen en la costanera o plazas vendiendo bondiolas, panchos y similares). En resumen, me agrada mucho pasear y recorrer sus calles, su gente, su cultura. Como siempre, sería deseable tener más tiempo para vivir una temporada en un lugar así y sentirse parte de toda esa cultura.

Monumento a la Bandera.
Viste del Monumento a la bandera desde el interior del hall
El monumento a la Bandera es quizá el gran ícono de la ciudad. Es una estructura enorme, pero bien pensada para no ser invasiva con la ciudad puesto que está en una de sus orillas, en la costanera con el río Paraná y no en medio de la ciudad. 

Parte de la arquitectura que se puede encontrar

Vista de una de sus plazas

Durante el recorrido por sus calles se pudo apreciar la gran cantidad de áreas verdes que dispone la ciudad. Uno de los puntos más interesantes es el parque de la Independencia, un lugar muy extenso de áreas verdes, lagunas y sitios de recreación inserto en un entorno natural para disfrutar del aire libre. Eso mezclado con todo lo anterior es una razón más que suficiente para volver a ir a Rosario algún día.... total, Rosario siempre estuvo y estará cerca...

Parque de la Independencia


* Quizá te interese también: Las Callecitas de Buenos Aires



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